Título: Solo el acero
Autor: Richard
Morgan
Género: Baja
Fantasía/Grimdark
Editorial:
Alamut
Nº de páginas:
407
Cuando las
guerras acaban, ¿qué pasa con sus héroes?
Ringil, tras
luchar en mortíferas batallas como la acaecida en La Quebrada del Patíbulo, ha
pasado varios años exiliado en un pueblo perdido por las montañas,
sobreviviendo a base de contar historias sobre la guerra mientras su espada, la
Criacuervos, ha quedado olvidada encima de la chimenea.
Egar se ganó el
sobrenombre de Matadragones durante la contienda, tras la cual ha regresado
triunfal como señor de su clan en las estepas. No para su satisfacción,
desgraciadamente, pues echa de menos su etapa de mercenario en las ciudades
civilizadas del Imperio.
Archet, la
mestiza Kiriath, ha sido dejada atrás por su raza y ahora sirve al emperador.
Lo único que le queda de su gente es intentar mantener en funcionamiento
la tecnología que dejaron en el Imperio.
Estos tres
antiguos compañeros de guerra separados por la paz verán sus caminos cruzarse
de nuevo cuando algo empiece a agitarse en su mundo. La noble familia de Ringil
vuelve a contactar con él, pese a haberlo repudiado, porque necesitan que salve
a un pariente de los traficantes de esclavos. Egar se ve envuelto en
conspiraciones para apartarle de la jefatura del clan en la que parecen
intervenir los mismos dioses, y Archet debe investigar un ataque realizada a
una guarnición del Imperio con armas que no pueden existir.
En la portada
del libro, Joe Abercrombie hace una pequeña descripción del libro: “Descarada,
brutal y sin reparos. No es que Morgan retuerza los clichés de la fantasía, es
que los parte a hachazos. Y luego les prende fuego.”
Acierta, punto
por punto. Si acaso añadiría que antes de prenderles fuego les echa gasolina,
porque lo deja todo echo cenizas para después construir un libro de fantasía
como no había visto antes.
Ya solo el punto
de partida es inusual. No trata sobre el viaje del héroe, como llega a ser lo
que es tras un arduo viaje, sino cómo el héroe, tras haber llevado a cabo sus
hazañas, se encuentra con que al final del camino no ha recibido la recompensa
esperada y encontrando que lo que dejó atrás para, en su periplo, mejorarlo y
salvarlo de las amenazas que se cernían sobre ello, es aún peor y más injusto
que al principio, llevándoles a cuestionar el por qué hicieron lo que hicieron.
Egar regresa a un hogar que, tras lo vivido en el Imperio, le parece primitivo
y ajeno, Ringil se tropieza con que se ha legalizado la compra venta de
esclavos para solventar deudas acarreadas durante la guerra (añado además que
la sociedad en la que vivía per se ya era bastante mala) y Archet se queda
varada en un imperio plagado de injusticias sociales y un fanatismo religioso
corrupto.
Aquí es donde
comienza todo, años después de la guerra contra los hombres lagarto, en la que
tanto lucharon y sufrieron, les ha servido para librarse de esa amenaza sí,
pero aparte de eso no ha servido de nada. Atrás quedan ideales de juventud y el
romanticismo de las aventuras, lo único que tienen al final es la cruda
realidad.
Los personajes
son excepcionales. Profundos, completos… reales. Ringil se ha convertido en uno
de mis personajes favoritos, con su sarcasmo ácido y con su visión de la
realidad que le rodea. Pese a que hay tres personajes principales, este lleva
gran peso de la historia y además, algo relacionado con él nos hace esperar que
haya otro libro. Egar y Archet tampoco se quedan atrás, cada uno a su manera
brilla con luz propia, tan difrentes como son entre sí y, a la vez, tan
interesantes. Cuando los conozcais comprenderéis también por qué se salen de la
tónica habitual de los libros de fantasía.
coincidiendo
en un mismo escenario, y tengo que aplaudir la forma en que lo consigue. Sabes
desde el principio que se van a encontrar, pero no te explicas cómo (están cada
uno en una punta distinta del mundo) ni cómo van a coincidir los problemas que
están teniendo que a priori parecen tan dispares. No digo más porque una de las
riquezas de este libro son las sorpresas y los giros de guión y no quiero
estropeárselo a nadie.
Un libro
original, trepidante y profundo, lleno de misterios y sorpresas. Muy
recomendado.
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